Circunstancia de café con agua de lluvia y sustituto de crema para las manos

Capítulo 1

De a pecas -para ciegos- te desintegras, Cielo. De a charcos -mundanos- te sostiene el suelo. (¡Vaya espectáculo ese! El de la lluvia rozando el faro buscando su Mar)

Capítulo 2

Carta para los sesos: «Por favor, trae la tinta por si se ofrece el verso, o dejar el número de teléfono como sustituto de crema»

Capítulo 3

Al mesero: Vine a dejarte una postal para que nunca me olvides, solo la estampa, hoy pienso escribir nada, quiero me recuerdes de amarillo y sin él; haciéndole con mis ojos, el amor, a las páginas de un libro verde, y a ratos, revolcandome con él, cínica, desvergonzada(mente), la mente despiadada, justo así quiero que me pienses, insinuando besos en las tazas con café guerrero, lanzando miradas al misterio. Monasterio, tuyo, el terrateniente de ese suelo. No hay tinta, te digo, apuesto a tu memoria y a mi precisión gráfica, seguiré meditando el preámbulo, la casa blanca y el Aura de color verde que hoy vino a encontrarme.


Fotografía: Xóchitl Álvarez

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